martes, 28 de septiembre de 2010

APUNTES SOBRES LOS PRIMEROS TIEMPOS DE CHILE

1. LA ÉPOCA PRECOLOMBINA
Se calcula que el poblamiento de Chile comenzó hace unos 12,000 años antes de nuestra era. Esa fecha es la del sitio arqueológico de Monte Verde, ubicado cerca de Valdivia, que fue descubierto recientemente (1978), y que es el más antiguo del país. Otros sitios famosos son los de San Pedro de Atacama, en el norte, y el de Tagua-Tagua, en el centro, de 10,000 y 9,000 años de antiguedad respectivamente.
Antes de la llegada de los españoles, se calcula que vivían en Chile alrededor de un millón de indígenas. Esta población estaba compuesta por diversas etnias, que no habían alcanzado un gran desarrollo social. Las del norte, centro y sur se encontraban en el nivel calificado de tribus por los antropólogos: vivían en grupos de algunos centenares de personas, practicaban la agricultura y sabían trabajar la cerámica, pero carecían de unidad política y no conocieron la vida urbana ni la escritura. Las del extremo sur se encontraban en un nivel aún menos evolucionado, el de la banda, vivían en grupos muy pequeños, de 20 o 30 personas, se alimentaban exclusivamente de la caza, pesca y recolección, y llevaban una vida nómade.
La región del norte desértico
En esta región vivieron primero bandas que vivían de los recursos del mar, pero que se internaban al interior a cazar llamas en la cordillera. Se ignora el nombre de las primeras etnias, pero una de ellas, que vivió en un sector llamado Chinchorro, cerca de la ciudad de Arica actual, dejó huellas de su paso, con momias que son las más antiguas del mundo, pues se hicieron antes que las del Egipto de los faraones, hacia 5,000 AC.
Hacia 500 AC aparecieron las primeras tribus, que han dejado muestras de una primera vida sedentaria, con construcciones arquitectónicas llamadas pucaras, y que trabajaban la cerámica. Cultivaban los porotos, la papa y el maíz. Algunas de ellas estuvieron influídas por la cultura de Tiawanako, de Bolivia actual. Poco antes de la llegada de los españoles, fueron dominados por los incas del Perú. Los españoles llamaron atacameños a los indios que conocieron en esa zona, pero se ignora su nombre propio.
Los indios del norte semiárido
Aparecieron sociedades sedentarias a comienzos de nuestra era, en los valles transversales. La etnia que allí vivía en la época de la conquista europea eran los diaguitas, que también vivían en la Argentina de hoy. Sabían trabajar el cobre y el bronce. Las sepulturas indican un comienzo de diferenciación social y había un esbozo de pueblos como centros demográficos. También estuvieron en contacto con los incas.
La región central
Entre Santiago y Concepción actuales, aparecieron tribus desde el siglo XI DC. En toda esa área vivieron diversas sociedades que estaban emparentadas culturalmente, hablando lenguas semejantes: los picunches en el área de Santiago, los mapuche en la región del río Bío-Bío, los huilliches un poco más al sur, donde está Valdivia actual. Todos ellos practicaban la agricultura (porotos, maíz, papas, ají, quinoa...) además de la recolección de frutos y la caza del guanaco en la cordillera. Los picunches sabían construir canales de regadío, y vivían en caseríos de unas 300 personas, cuyos habitantes cultivaban la tierra en común. Dominados por los incas, convivieron con indígenas peruanos desplazados hacia Chile, los mitimaes.
Los mapuche, la etnia más conocida de todas por las abundantes descripciones dejadas por los españoles, que los llamaron araucanos, vivían en una región caracterizada por la abundancia de agua (por las lluvias, que alcanzaban a los 1,000 mm. anuales), y bosques. No fueron dominados por los incas. Vivían de la agricultura, la recolección y la caza; probablemente aprendieron a cultivar la tierra sólo hacia 1200 DC. Eran una etnia numeroso, con una población de tal vez 300 000 personas, que vivían en múltiples pequeñas unidades de 100 a 200 personas, en casas llamadas rucas, donde habitaban varias familias.El lonko era la autoridad del grupo familiar y poseía un cierto prestigio, pero no constituía una clase social superior, pues no había propiedad privada. Entre sus funciones estaba la de organizar los mingako o tareas colectivas, y a dirimir conflictos. Había autoridades transitorias en tiempos de guerra, los toquis, pero pasado el conflicto perdían su ascendiente. Entre sus diversiones figurana el juego de la chueca, semejante al hockey sobre el pasto. Una parte de los mapuche vivía al otro lado de la cordillera, en Argentina.
La región fría y lluviosa del sur y extremo sur
Un poco más al sur de la región mapuche vivían los pehuenche, puelche y tehuelches, habitantes de la precordillera y de la cordillera, que vivían en bandas, de la caza del guanaco y de la recolección. No conocieron ni la cerámica ni la agricultura, pese a estar cerca de los mapuche.
En el extremo sur, las etnias principales eran los alacalufes y yaganes, que eran nómades marítimos, desplazándose entre las numerosas islas de Aisén y Magallanes de hoy, viviendo sobre todo de la pesca y la caza de animales marinos. En Tierra del Fuego vivían los onas o selknam, que cazaban el guanaco. Hoy en día todas esas etnias están prácticamente extinguidas, no por obra de los españoles, sino por los blancos en el siglo XIX y XX.
2) LA ÉPOCA COLONIAL
La implantación española: la Conquista
Los españoles entraron en contacto con los indígenas que habitaban lo que se llamaría Chile en 1536, con la expedición venida desde el Perú, dirigida por Diego de Almagro, quien había tenido una participación destacada en la conquista del imperio inca. Este episodio es conocido como el “Descubrimiento”, aunque algunos afirman que eso corresponde a Magallanes, el navegante portugués al servicio de España, quien “descubrió” el extremo sur de Chile, en 1520, cuando sus naves dieron la vuelta al mundo. Pero el paso de Almagro por Chile no tuvo mayores consecuencias, ya que los españoles se limitaron a recorrer el norte y el centro del país, sin fundar ciudades, y regresaron al Perú, decepcionados al no encontrar oro, que era el objetivo del viaje.
Pocos años después, en 1541, vino a Chile una segunda expedición, también desde Perú, dirigida por Pedro de Valdivia, uno de los capitanes de Francisco Pizarro, el conquistador de los incas. Esta vez, las cosas fueron distintas. Valdivia quería asentarse en el territorio chileno y gobernarlo. Para ello, fundó varias ciudades: Santiago, que sería la capital, en febrero de 1541, seguida de La Serena, en 1544, Concepción, en 1550, y Valdivia, en honor de sí mismo, en 1552, y Osorno en 1553, además de otras de menor importancia. Valparaíso, el principal puerto del país, no tiene fecha oficial de fundación, pero comenzó a existir desde la llegada de Almagro, en 1536.
La expedición de Valdivia provocó también la primera resistencia indígena. Aunque los españoles lograron sobrevivir a los ataques de los nativos en la región de Santiago, no ocurrió lo mismo en el sur, donde los mapuches presentaron una oposición mucho mayor. En 1553, los indígenas de esta etnia derrotaron a los españoles en una batalla, capturaron a Valdivia y lo ejecutaron. Era la primera vez que un jefe de la conquista española en América sufría esa suerte. Los mapuches siguieron resistiendo enérgicamente, y en 1598 vencieron a los españoles en la batalla de Curalaba, en la cual el gobernador Martín García Oñez de Loyola, tal como Valdivia, fue capturado y muerto. Esa victoria (llamada “desastre” por muchos historiadores chilenos, que conciente o inconscientemente tomaron así partido en favor de los españoles) llevó además a la destrucción de las ciudades españolas del sur, como Valdivia y Osorno.
Desde entonces, Chile quedó dividido en tres partes: desde el norte hasta el río Bío-Bío, en el centro-sur, dominaban los españoles; desde el Bío-Bío hasta lo que es hoy Puerto Montt, el territorio era controlado por los indígenas; más al sur, España retomaba el control, en la isla de Chiloé. Esta situación persistió durante toda la época colonial, y continuó durante varias décadas después de la indepedencia.
Gobierno, sociedad y economía colonial
Las instituciones coloniales fueron definidas desde el comienzo. Valdivia y sus sucesores tenían el cargo de gobernador, la autoridad suprema en la colonia, aunque no tenían independencia completa, ya que dependían del virrey del Perú. Los gobernadores dirigían el país asesorados por la Real audiencia, tribunal de justicia que podía además podía dirigir la colonia en ausencia del gobernador.
Como en el resto de América española, la Iglesia católica jugó un papel importante en la dirección de la sociedad, colaborando con el poder real, al cual estaba sometida por el derecho de patronato que el Papa había dado al rey de Castilla. Las órdenes religiosas crearon iglesias y escuelas, y los jesuítas tuvieron además actividades empresariales, con haciendas administradas en forma eficiente.
La economía no alcanzó gran desarrollo, por la escasa población y las trabas impuestas por el sistema imperial. España no impulsaba la industria manufacturera en sus colonias, tratando de imponer la venta de los productos europeos. El comercio exterior debía dirigirse únicamente hacia España o hacia otras colonias, aunque había contrabando. Sólo a fines del siglo XVIII Chile fue autorizado a acuñar su propia moneda, lo que se hizo en el edificio conocido como Casa de la Moneda, que después de la independencia fue la sede del gobierno.
Las principales actividades fueron las relacionadas con la tierra: ganadería y sus derivados, como la producción de sebo y de cueros, y diversos cultivos como el trigo, que Chile empezó a exportar al Perú a fines del siglo XVII. Hubo una producción de oro en el siglo XVI, pero después decayó.
La sociedad fue estratificada por criterios étnicos, como en todas las demás colonias: blancos en el tope, seguidos por los mestizos, los indios (que eran personas libres, salvo los indios rebeldes, que podían ser vendidos como esclavos) y finalmente los negros esclavos. Estos últimos no fueron muy numerosos, por ser una mercadería cara. A fines del período colonial eran solamente 4,000, lo que equivalía a menos del 10% del total de la población. Los indios estuvieron al comienzo obligados a trabajar para los españoles bajo el sistema de la encomienda (concesión de un grupo de indios a un español, que los hacía trabajar en su beneficio), pero eso se suprimió a comienzos del siglo XVII a causa de la fuerte mortalidad de los indios (causada por las enfermedades traídas por los españoles) Desde entonces eso se reemplazó por el pago de un tributo en dinero, que los indios podían obtener trabajando libremente. Los mestizos y blancos pobres trabajaban en forma libre, como asalariados, pero en la agricultura lo hiciero bajo un régimen especial, el de inquilino, un tipo de trabajador que si bien era libre, debía entregar un cierto número de jornadas de trabajo al año al propietario de la tierra, a cambio de poder cultivar una pequeña superficie. También hubo pequeños propíetarios agrícolas, pero que no llegaron a transformare en clase media.
La situación de independencia de los indios mapuche obligó a los españoles a mantener un ejército permanente, financiado por el virreinato del Perú. Como ello no fue suficiente, los gobernadores debieron firmar tratados de paz con los indios. El primer tratado o parlamento se realizó en 1641. Aunque no eran muy respetados, implicaban un reconocimiento de la soberanía indígena y creó las condiciones para ciertos períodos de paz, lo que permitió el desarrollo de contactos comerciales entre blancos e indígenas. En 1683 se prohibió definitivamente la esclavitud de los indios.
Durante el siglo XVII, Chile fue asaltado varias veces por los piratas, ingleses y holandeses. Esto obligó a los españoles a construir fuertes en Valdivia, por temor a un nuevo ataque en esa región. Durante ese siglo no hubo fundación de nuevas ciudades; además, Santiago fue destruído en gran parte por un terremoto en 1647.
En el siglo XVIII la situación del país mejoró. Los indios comenzaron a resistir a las enfermedades y esto fue un factor importante en el aumento demográfico. A comienzos de ese siglo la población era de unas 100 000 personas, y a fines del siglo se llegó a quizás 600 000 Por primera vez desde el siglo XVI se fundaron nuevas ciudades, sobre todo en la región central: Copiapó, San Felipe, Los Andes, Quillota, Melipilla, San Fernando, Curicó y Linares, la mayoría de ellas por el gobernador José Antonio Manso de Velasco. El rey autorizó por primera vez a catalanes y a vascos a ir a América; a Chile llegaron varias familias de este último origen, y algunas de ellas pasaron a ser parte de la elite comercial y terrateniente.
3) La independencia
Entre 1810 y 1818, la colonia llamada entonces “Reino de Chile”, se separó de España y formó un gobierno independiente. Al hacerlo, Chile formó parte de un proceso que abarcó la casi totalidad de las colonias españolas en América, ya que sólo Cuba y Puerto Rico permanecieron dentro del imperio; todas las demás colonias se separaron también, en la mayor parte de los casos a través de una lucha armada.
Antecedentes
Contrariamente a países como Colombia o Venezuela, en Chile no hubo grandes movimientos de protesta contra el régimen colonial ni tentativas de lucha armada antes de 1810. El único antecedente en ese sentido, fue la “Conspiración de los Tres Antonios”, en 1780. Este episodio fue obra de dos franceses, Antoine Gramusset y Antoine Berney, más el criollo Antonio Rojas, que concibieron el proyecto de crear una república, abolir la esclavitud y establecer relaciones con los demás países. Su iniciativa no fue muy lejos, ya que fueron denunciados y arrestados. Pero había personas que pensaban en una independencia, como Bernardo O’Higgins, hijo bastardo de un ex gobernador chileno, el irlandés Ambrosio O’Higgins, quien participó en reuniones de latinoamericanos con ideas favorables a la independencia en Londres, organizadas por el venezolano Francisco de Miranda. La llegada de varios barcos de Estados Unidos a comienzos de 1800, que habían sido autorizados a comerciar en América española, daban a conocer ideas republicanas, lo que constituyó otro factor.
La “Patria vieja”
Los historiadores han denominado así el período que va de 1810 a 1814, que fue el inicio del movimiento de emancipación. El hecho que desencadenó el proceso fue la invasión de España por Napoleón y el arresto del rey Fernando VII, lo que creó un vacío de poder, ya que las autoridades coloniales habían sido nombradas por el monarca ahora sin trono. En la mayoría de las colonias se formaron entonces Juntas de gobierno, que debían gobernar los reinos americanos mientras durase la ausencia del rey.
En Chile, la Junta se formó el 18 de septiembre de 1810. Su origen fue elitista, ya que sólo participaron en ella los “vecinos” más destacados del reino, la mayoría de Santiago. En principio, todos sus miembros, encabezados por Mateo de Toro y Zambrano, conde de la Conquista, juraron lealtad al soberano preso; pero varios de sus miembros, sin declararlo abiertamente, buscaban la independencia y comenzaron a tomar medidas que significaban cambios importantes, imposibles de realizar bajo el régimen colonial, como el decreto de libertad de comercio y la convocatoria a la elección de un primer Congreso nacional, en abril de 1811. El proceso se radicalizó con el golpe de estado del 4 de septiembre de ese año, dirigido por José Miguel Carrera, joven militar, miembro de una conocida familia de Santiago. Se nombró una segunda junta, dominada por personas favorables a la independencia, como José Martínez de Rozas. El 15 de noviembre de 1811 Carrera dio un segundo golpe, poniéndose a la cabeza del gobierno. Las medidas revolucionarias continuaron: abolición parcial de la esclavitud, con la “libertad de vientre” (libertad para los hijos de esclavos), promulgación de una primera Constitución, en 1812, que sin declarar la independencia estipulaba que no se respetaría ninguna ley ni decreto venida del exterior, creación de una bandera nacional y del primer diario chileno, “La Aurora de Chile”, dirigida por el cura Camilo Henríquez. Además, se recibió al cónsul de Estados Unidos, Joel Poinsett, primer contacto con otro país, aunque esto no implicó un reconocimiento diplomático.
Desde 1813, los partidarios de la independencia debieron enfrentar el ataque de los realistas, lanzado por el virrey del Perú, que mantenía su poder, sin aceptar la existencia de una Junta. Una expedición desembarcó en el sur de Chile en 1813, dando comienzo a las batallas por la independencia. Los patriotas enfrentaron divididos esta situación, ya que había sectores que no seguían el liderazgo de Carrera, y preferían la dirección de Bernardo O’Higgins. Esto llevó incluso a una corta guerra civil entre ambos jefes, en un combate disputado en agosto de 1814. Aunque después de este episodio ambos jefes hicieron las paces, el ejército patriota, dividido, perdió la batalla de Rancagua, el 1 de octubre de 1814; fue el fin de esta etapa, ya que los realistas recuperaron el poder, y los patriotas salieron masivamente fuera de Chile, a Mendoza.
La reconquista española
Esta etapa duró desde octubre de 1814 a febrero de 1817. Durante ella, los partidarios del rey volvieron a dominar el país; hubo una fuerte represión contra los que habían apoyado a los patriotas, con arrestos de muchas personas, algunas de las cuales fueron desterradas a la isla Juan Fernández. Se incautaron los bienes de los sospechosos y se vendieron en remate. Esta etapa coincidió además con el regreso de Fernando VII al trono, luego de la derrota de los franceses en Waterloo. Hubo una reconquista semejante en Colombia y Venezuela.
Mientras eso ocurría en Chile, los exiliados chilenos en Mendoza encontraron apoyo en quien sería más tarde el Gran Libertador de América, el General José de San Martín, gobernador de esa provincia, quien planeaba organizar un ejército para liberar Chile. O'Higgins se hizo amigo de él, no así Carrera, quien se enemistó con San Martín y decidió partir a Estados Unidos a comprar armas y formar otra expedición.
Durante la preparación del ejército en Mendoza, Manuel Rodríguez, joven abogado, entró clandestinamente a Chile y organizó guerrillas antiespañolas en el campo, logrando el apoyo de fuerzas campesinas de la región central. Esto significó un movimiento nuevo e importante, ya que hasta entonces la independencia había sido un proceso que interesaba únicamente a la elite del país. La población había observado sin sentirse involucrada, peleando tanto por uno como por otro bando; la mayor parte de las fuerzas realistas eran chilenos del sur, reclutados por los oficiales españoles. Los indios del sur, los mapuche, tampoco habían apoyado la causa de la independencia.
La “Patria Nueva”
Esta tercera y última etapa se dio entre febrero de 1817 y abril de 1818. La primera fecha es la de la batalla de Chacabuco, a unos 100 kms. al norte de Santiago, ganada por el ejército organizado por el General San Martín, que acababa de atravesar legendariamente la cordillera para entrar a Chile.
San Martín rechazó el poder e hizo designar a O'Higgins como Director Supremo; un año más tarde, el 12 de febrero de 1818, la independencia fue proclamada en el aniversario de esa batalla, en febrero de 1818. El 5 de abril de ese mismo año, los patriotas ganaron la batalla de Maipú, al sur de Santiago, que constituyó la victoria definitiva contra los realistas. Pero estos hechos no lograron la unidad de los patriotas. Manuel Rodríguez fue arrestado y asesinado en mayo de 1818, por orden del gobierno, el cual temió que Rodríguez se transformara en un conspirador, favorable a la causa de Carrera, quien seguía en Argentina. Este hecho anunciaba las divisiones internas y la inestabilidad que caracterizaría los primeros años de vida independiente.

Fuente: http://www.er.uqam.ca/nobel/r27020/id27.htm#precolombina

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