Transcripción:
29 de Julio de 1812
Manuel Belgrano
Desde
que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra defensa,
en que se halla interesado el Excelentísimo Gobierno de las Provincias
Unidas de la República del Río de la Plata, os he hablado con verdad.
Siguiendo con ella os manifiesto que las armas de Abascal al mando de
Goyeneche se acercan a Suipacha; y lo peor es que son llamados por los
desnaturalizados que viven entre vosotros y que no pierden arbitrios
para que nuestros sagrados derechos de libertad, propiedad y seguridad
sean ultrajados y volváis a la esclavitud.
Llegó
pues la época en que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a
reuniros al Ejército de mi mando, si como aseguráis queréis ser libres,
trayéndonos las armas de chispa, blancas y municiones que tengáis o
podáis adquirir, y dando parte a la Justicia de los que las tuvieren y
permanecieren indiferentes a vista del riesgo que os amenaza de perder
no solo vuestros derechos, sino las propiedades que tenéis.
Hacendados:
apresuraos a sacar vuestros ganados vacunos, caballares, mulares y
lanares que haya en vuestras Estancias, y al mismo tiempo vuestros
chasquis hacia el Tucumán, sin darme lugar a que tome providencias que
os sean dolorosas, declarándolos además si no lo hicieseis por traidores
a la patria.
Labradores:
asegurad vuestras cosechas extrayéndolas para dicho punto, en la
inteligencia de que no haciéndolo incurriréis en igual desgracia que
aquellos.
Comerciantes:
no perdáis un momento en enfardelar vuestros efectos y remitirnos e
igualmente cuantos hubiere en vuestro poder de ajena pertenencia, pues
no ejecutándolo sufriréis las penas que aquellos, y además serán
quemados los efectos que se hallaren, sean en poder de quien fuere, y a
quien pertenezcan.
Entended
todos, que al que se encontrare fuera de las guardias avanzadas del
ejército en todos los puntos en que las hay, o que intente pasar sin mi
pasaporte será pasado por las armas inmediatamente, sin forma alguna de
proceso. Que igual pena sufrirá aquel que por sus conversaciones o por
hechos atentase contra la causa sagrada de la Patria, sea de la clase,
estado o condición que fuese. Que los que inspirasen desaliente estén
revestidos del carácter que estuviesen serán igualmente pasados por las
armas con solo la deposición de dos testigos.
Que
serán tenidos por traidores a la patria todos los que a mi primera
orden no estuvieren prontos a marchar y no lo efectúen con la mayor
escrupulosidad, sean de la clase y condición que fuesen.
No
espero que haya uno solo que me dé lugar para poner en ejecución las
referidas penas, pues los verdaderos hijos de la patria me prometo que
se empeñarán en ayudarme, como amantes de tan digna madre, y los
desnaturalizados obedecerán ciegamente y ocultarán sus inicuas
intensiones. Más, si así no fuese, sabed que se acabaron las
consideraciones de cualquier especie que sean, y que nada será bastante
para que deje cumplir cuanto dejo dispuesto.
Cuartel General de Jujuy, 29 de julio de 1812. Manuel Belgrano."
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