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jueves, 28 de octubre de 2010

PETICIÓN DE LOS PARES DE INGLATERRA AL PAPA CLEMENTE VII PARA SOLICITAR LA ANULACIÓN DEL MATRIMONIO DEL REY ENRIQUE VIII

PETICIÓN DE LOS PARES DE INGLATERRA AL PAPA CLEMENTE VII PARA SOLICITAR LA ANULACIÓN DEL MATRIMONIO DEL REY ENRIQUE VIII [ex Anglia], 13 de julio de 1530.
Pergamino de 950 x 458 mm.; sobre abierto en el que están cosidas las cintas (de color rojo oscuro) que sujetan 85 sellos de otros tantos firmantes del documento. Los sellos, de cera roja, casi todos con forma de huso, están contenidos en estuches de hojalata. ASV, A. A., Arm. I‑XVIII, 4098 A (XC); detalle de los sellos (XCI). Fuente: http://asv.vatican.va/es/doc/1530.htm
Independientemente de la causa remota del cisma anglicano, no hay duda de que la causa próxima, inmediata y determinante fue el deseo de Enrique VIII, rey de Inglaterra (1509-1547), de librarse de su mujer legítima, Catalina de Aragón, hija de Fernando e Isabel de España y tía del futuro emperador Carlos V, con el fin de contraer un nuevo matrimonio con Anna Boleyn, dama de la corte, la cual no quería pertenecerle si no era como esposa. El soberano no ocultaba sus intenciones y estaba dispuesto a emprender cualquier camino para alcanzar su objetivo. En 1527, Enrique VIII emprendía algunas iniciativas con arzobispos locales y el legado papal, el cardenal Wolsey, para que la solicitud de nulidad del matrimonio del soberano con Catalina de Aragón (que le había dado 6 hijos, de los cuales sólo María Tudor sobrevivió) se tratara en Inglaterra, donde evidentemente el rey podía ejercer sus presiones fácilmente. El pontífice no lo consintió de ninguna manera y reclamó que se discutiera el caso en Roma.
Dadas las delicadas implicaciones que conllevaba el caso, tanto de naturaleza jurídica como de política eclesiástica, Clemente VII se tomaba tiempo antes de pronunciar una sentencia. Y en este lance el rey y sus ministros no cesaban de ejercer presión sobre Roma para que la cuestión se resolviera rápidamente. También los Pares de Inglaterra, todos juntos, se movieron a favor del soberano y con el presente documento – revestido intencionalmente con una forma solemne – en 1530 pidieron al papa que pusiera fin a su espera y a la de toda la nación inglesa.
Su petición tiene la característica de una solicitación, sin duda no es una súplica a favor de la anulación, que ellos dan por descontada, teniendo en cuenta el parecer favorable ya manifestado por doctos ingleses, franceses e italianos, así como la benevolencia que siempre había demostrado el rey respecto a la Santa Sede (a partir de la línea 5: Sufficere sane alioquin debuisset causae ipsius iusticia eruditissimorum virorum calculis passim probata celeberimarum academiarum suffragiis iudicata ab Anglis, a Gallis, ab Italis prout quisque apud eos ceteros eruditione antecellit pronunciata et diffinita ut Sanctitas Vestra, etiam nemine petente et reclamantibus quibuscumque, suo ore suaque auctoritate aliorum sentencias confirmaret, presertim cum causae diffinicio eum regem, illud regnum respiciat, quod de Sede illa Apostolica tam multis nominibus benemeritum sit).Al final del texto los Pares declaran la intención de adherir a la sentencia que el pontífice establezca (antepenúltima línea: Interim vero Deum Optimum Maximum, quem ipsam esse veritatem certissimo testimonio cognoscimus, comprecabimur, ut Sanctitatis Vestre consilia ita informare atque dirigere dignetur, ut quod sanctum, iustum ac verum est a Vestre Sanctitatis auctoritate obtinentes, ab omni alia assequende veritatis molestia liberemur).Es bien sabido que después el papa declaró legítimo el matrimonio de Enrique VIII con Catalina de Aragón, por tanto indisoluble, y que el soberano, al no poder llevar a cabo sus planes, pasó a un nuevo matrimonio declarando la separación de la Iglesia de Inglaterra de la de Roma (cisma anglicano).

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