martes, 28 de septiembre de 2010

APUNTES SOBRE LA FUNDACION DE MONTEVIDEO

LA FUNDACIÓN DE LA CIUDAD DE MONTEVIDEO.
Antecedentes.
Luego de descubierto el Río de la Plata por el navegante español Juan Díaz de Solís, la colonización española se orientó inicialmente a los territorios aledaños a la ciudad de Santa María del Buen Ayre, actual Buenos Aires; quedando despoblado por los colonizadores el territorio situado al este del Río Uruguay, donde habitaban unos pocos indígenas nómades.
Pero cuando Hernando Arias de Saavedra, conocido como Hernandarias, liberó en el territorio situado al oriente del Río Uruguay unas cuantas cabezas de ganado vacuno, dio origen al desarrollo espontáneo de esa ganadería, que en base a las condiciones favorables del terreno, se reprodujo abundantemente.
La explotación de esa riqueza ganadera que vagaba libremente por las praderas de la que se llamó “Banda oriental”, atrajo el interés. En las condiciones de la época, el principal producto que podía obtenerse de ese ganado, era el cuero. De tal manera, inicialmente se explotaba mediante incursiones en el territorio, en las que se procuraba rodear los rebaños para “cuerear” los animales luego de matarlos. Los cueros podían salarse y secarse al sol, para luego transportarlos en carretas y en barco hacia los lugares en que pudieran procesarse.
Esta actividad, a la que se designó como “la corambre”, requería emplear hábiles jinetes pertrechados con elementos adecuados para atrapar los animales, que criados en total libertad eran sumamente ariscos; en tanto se carecía de cualquier clase de instalaciones para encerrarlos. De ese modo, se usaron dos instrumentos fundamentales: la garrocha, consiste en una larga vara con un filoso gancho en su extremo para cortar el tendón de Aquiles de la pata de los animales y hacerlos caer; y las boleadoras, originalmente utilizadas por los indígenas para cazar avestruces, que eran lanzadas para enredar las patas de los animales e impedirles huir.
En ese uso de la la garrocha — en portugués, “garrucha” — como instrumento esencial para capturar los ganados cerriles, característico de los jinetes que realizaban la corambre, se encuentra muy probablemente el origen de la palabra gaucho; por la deformación de su pronunciación en portugués, donde la “erre” gutural de ese idioma, facilmente pudo convertir el garrucho=portador de garrucha, en el gaúcho (pron. “gaúsho”) del sur del Brasil, y en el gaucho de la Banda Oriental.
Estas actividades eran prácticamente nómades; ya que las tareas de atrapar los animales y extraerles los cueros se hacían en cualquier lugar apropiado; cercano a donde abundaran los rebaños. Pero luego, a la utilización del cuero, fue posible agregar la utilización de la carne; mediante un procedimiento similar de salado y secado, elaborando el producto conocido como tasajo, que se utilizaba como alimento previo su remojo, cocinándolo con frijoles, papas u otros vegetales.
De ese modo, en 1781, en las costas del arroyo Colla, situado en el actual Depto. de Colonia, un emprendedor vecino de Buenos Aires, Vicente de Medina, instaló un establecimiento dotado de instalaciones para reunir el ganado, proceder a su matanza y luego salar cueros y carnes. Este fue el primero de varios que ulteriormente surgieron en las costas del Río de la Plata cerca de sus zonas accesibles por barco, que se denominaron “saladeros”. Esta industria llegó a alcanzar importancia, al punto de que se dice que en el saladero del Colla podían albergarse varias decenas de miles de cabezas de ganado vacuno, haciéndose matanzas del orden de 1.000 cabezas por día. 
La producción del ganado de la Banda Oriental se exportaba, principalmente al Brasil y a Europa. De tal manera, encontrándose el ganado abundamente y libre en un territorio casi totalmente despoblado y sin vigilancia de autoridad valedera, prontamente comenzaron a establecerse en las márgenes costeras propicias para embarcar y desembarcar, los campamentos de faeneros de diverso origen.
En una época en que la piratería abundaba en todos en los mares - antes de que el dominio naval inglés se empeñara en combatirla - navegantes piratas de todo origen, especialmente franceses, ingleses, holandeses y dinamarqueses solían desembarcar en las costas del Río de la Plata y sus ríos tributarios, para acopiar en sus barcos cueros que adquirían a bajo precio a los faeneros y luego vendían en los mercados europeos con grandes beneficios.
Entre los patrones de los campamentos o asentamientos faeneros, hubo nombres que quedaron ligados a la geografía lugareña del Uruguay, designando diversas poblaciones actuales, tales como Maldonado, Rocha, Pando, Toledo, etc. Entre los piratas que frecuentaban estas costas, se destacó el francés Esteban Moreau (pronunciar: Moró), el cual estableció gran cantidad de barracones donde depositaba los cueros, y que llegó a instalar artillería para combatir las partidas enviadas por las autoridades españolas; aunque fue muerto por los soldados al mando de Zavala en las costas de Rocha, en 1720.
Desde el norte del territorio de la Banda Oriental, la misma riqueza ganadera atrajo la penetración de buscadores de ganado provenientes del sur del Brasil, bajo dominio portugués. Esos territorios funcionaban, de tal manera, como un vasto criadero de ganado, al cual ingresaban los troperos para reunir el ganado y trasladarlo hacia el norte.
España y Portugal sostenían, desde mucho antes, un conflicto para delimitar la frontera de sus respectivos dominios en la costa atlántica de América del Sur. El Tratado de Tordesillas, que había pretendido ponerle término, solamente ocasionó toda clase de maniobras - sobre todo del lado portugués - para colocar la línea demarcatoria lo más al oeste posible. De tal manera, las ambiciones portuguesas sobre el Río de la Plata y la riqueza ganadera del territorio oriental del Río Uruguay, llevó a que en Portugal se tomara la decisión de intentar ocupar ese territorio, que hasta entonces España mantenía descuidado.
El Rey de Portugal impartió órdenes específicas al Gobernador del Brasil, por entonces Manuel Lobo, para que fundara un establecimiento militar fortificado en el nacimiento del Río de la Plata. Fue así que el 1º de enero de 1680, expedicionarios portugueses desembarcaron en las costas del Río de la Plata, prácticamente enfrente de la ciudad de Buenos Aires, y fundaron la que denominaron Colonia del Sacramento; actual ciudad de Colonia, que aún conserva construcciones de la época colonial.
La fundación de la Colonia del Sacramento dio inicio a una serie de episodios que pautaron la rivalidad luso-hispana sobre la Banda Oriental; y que de alguna manera se ha proyectado históricamente a lo largo del tiempo.
Inicialmente, al conocer ese establecimiento de un contingente militar portugués en sus cercanías, el Gobernador de Buenos Ayres, a la sazón José de Garro, envió una fuerza integrada por 300 soldados españoles y asistidos por varios miles de indígenas incorporados a la milicia, que rapidamente desalojaron a los portugueses y ocuparon el fuerte.
Sin embargo, la diplomacia portuguesa - célebre por su habilidad luego heredada por la brasileña - con amenazas de graves represalias logró imponer al débil Rey Carlos II, que por entonces reinaba en España, una negociación por la cual aceptó devolver pacíficamente la Colonia del Sacramento a los portugueses, lo que tuvo lugar en 1681.
La Colonia permaneció en poder de los portugueses durante 24 años; hasta que en 1704, ascendido al trono el primero de los Borbones de España, Felipe V, ordenó emprender una acción militar para desalojarlos. Eso fue llevado a cabo por una fuerza proveniente de Buenos Ayres, comandada por Baltasar García Ross, que sitió la Colonia por tierra, lo que habilitó a que la dotación portuguesa fuera evacuada por una flotilla que acudió en su auxilio.
Sin embargo, a pesar de que los españoles tuvieron pacíficamente en su poder la Colonia a partir de ese momento, las ambiciones portuguesas sobre el territorio oriental del Uruguay no decayeron; de modo que cuando a consecuencia de sus conflictos europeos España y Portugal firmaron en 1715 el Tratado de Paz de Utrech, Portugal obtuvo la concesión de volver a ocupar la Colonia del Sacramento, aunque con la restricción - que sin duda era considerada por ellos destinada a no cumplirse - de no extenderse desde ella a una distancia mayor a un disparo de cañón.
No mucho tiempo después de recuperar la Colonia, a partir de 1716, los portugueses se dispusieron a extenderse por el territorio del actual Uruguay, sin duda infringiendo el Tratado de Utrech. A tal fin, partió desde el Brasil, una expedición marítima al mando de Freitas Fonseca, que en diciembre de 1723 ingresó en el puerto natural situado en el Monte VI desde Este a Oeste de la costa del Río de la Plata.
La noticia de tal invasión produjo una reacción inmediata del entonces gobernador español de Buenos Ayres, Bruno Mauricio de Zavala, quien intimó a los portugueses a retirarse. Visto que no lo hacían, Zavala comenzó a organizar un contingente militar; pero ante ello, los portugueses, en inferioridad de condiciones, optaron por retirarse.
Las incursiones portuguesas fuera de los límites fijados respecto de la Colonia del Sacramento en el Tratado de Utrech continuaron; por lo cual en 1777 el entonces Virrey del Río de la Plata, Ceballos, envió un ejército que sitió el fuerte, construyendo importantes instalaciones militares en el lugar. Los portugueses que ocupaban la Colonia optaron por capitular, a condición de permitirseles su retirada; realizado lo cual los españoles procedieron a arrasar totalmente el emplazamiento.
Fundación de Montevideo.
La experiencia de lo ocurrido con la ocupación del puerto y el peligro que representaba el establecimiento de la Colonia del Sacramento - por entonces nuevamente en manos portuguesas - así como la importancia económica adquirida por la riqueza ganadera existente en el territorio oriental del río Uruguay, movió al gobierno español a llevar a cabo actos de posesión efectiva de ese territorio, y a establecer una plaza militar fortificada.
El lugar donde se habían establecido los portugueses en 1723, resultó ser el más adecuado desde varios puntos de vista. Por una parte, poseía un excelente puerto natural, al formar una pequeña bahía bastante cerrada, con playas accesibles. Por otro lado, en uno de los cierres de la bahía, justamente el del lado oeste, existía un cerro bastante elevado como para avistar cualquier barco que se aproximara desde el Este y eventualmente colocar en él algunas piezas de artillería.
El territorio aledaño, eran praderas ligeramente onduladas, propicias para adjudicarlas a los colonos para emplearlas en diversos cultivos; y no existían en las cercanías demasiadas poblaciones indígenas hostiles.
De tal manera, en 1724 Zavala llevó desde Buenos Ayres a la zona del Monte VI de E.a O., un grupo de 110 soldados y 1.000 indígenas, con una batería de 10 cañones, para construir el que decidieron llamar Fuerte de San José.
Una vez emplazado el Fuerte, Zavala volvió al lugar, haciéndose acompañar por un grupo de familias originarias de las Islas Canarias afincadas en Buenos Ayres, con un total de 37 personas, que fueron los primeros pobladores civiles de la nueva colonia. Para entonces, se había reclutado otro contingente de colonos en las Islas Canarias y en Galicia, por lo que poco tiempo después arribó una treintena de familias más.
Delimitación y trazado de la ciudad de Montevideo.
Uno de los principales auxiliares de Zavala en el establecimiento de una colonia en la bahía de Montevideo, fue el Capitán de Corazas español Pedro Millán, natural de Llerena, en Extremadura, a quien Zavala encomendó la misión de organizar la nueva ciudad.
Millán procedió a ello con extraordinaria eficiencia. El 20 de diciembre de 1726, confeccionó un padrón de habitantes de la ciudad, cuyo original se conserva en el Museo Histórico de la ciudad de Montevideo, situado en el edificio del Cabildo. Asimismo, trazó un plano delineatorio de la ciudad, organizada en forma de damero con un total de 32 manzanas, que fueron asignadas por sorteo entre los pobladores. Ese reparto de los terrenos de la nueva ciudad, data del 24 de diciembre de 1726, designándose a la misma como Ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo. Millán llevó su celo urbanístico al punto de indicar en el plano de la nueva ciudad los lugares más adecuados para los edificios de carácter público.
Siguiendo las normas urbanísticas de la época, Millán procedió a delinear inmediatamente por fuera de los límites de la ciudad, el área de territorio comunal, cuyos terrenos eran destinados a apacentar libremente el ganado u otros animales, así como a otras actividades de los habitantes de la ciudad y en que estaba prohibido arar o cultivar; zona llamada “el ejido”; por lo cual llegaba hasta la actual calle de ese nombre, que atraviesa la península este de la bahía, desde el centro de ésta hacia la costa del Río de la Plata.
Más allá del Ejido, se extendían las “tierras propias“ o “de propios“, que pertenecían a la autoridad de la ciudad, el Cabildo, y que éste podía alquilar o vender a los particulares, como medio de obtener recursos económicos para las obras públicas de la ciudad. Sin embargo, los límites de los “propios” - aunque llegaban hasta la avenida del mismo nombre, Propios, actualmente Brd. Batlle y Ordóñez - no fueron claramente determinados en el libro del Padrón fundacional de Montevideo; por lo cual con los años algunos de esos terrenos fueron ocupados en forma irregular, de modo que en 1753 el Cabildo tuvo que adoptar la decisión de “amojonarlos”, es decir, marcar su ubicación precisa en el terreno mismo.
Otros repartos de tierras aledañas a la ciudad de Montevideo fueron realizados por Millán, en 1727 y 1729, asignándose a los jefes de familia habitantes de la ciudad las “tierras de labranza” también llamadas “suertes” porque una vez trazados los planos, los distintos predios eran asignados por sorteo entre los interesados.
Se asignó a la ciudad una jurisdicción que abarcó desde las costas del arroyo Cufré hasta las sierras de Maldonado, delimitada al norte por las nacientes de los Ríos Santa Lucía y San José; permaneciendo el resto de la Banda Oriental bajo la autoridad de Buenos Aires.
Población y organización institucional de la ciudad.
El grupo de alrededor 30 familias provenientes de las Islas Canarias y de Galicia, llegó a Montevideo el 19 de noviembre de 1728, juntamente con un contingente militar de 400 hombres de tropa; quienes llegaron en el barco “Nuestra señora de la Encina”, fletado por el vizcaíno Francisco de Alzáibar. Alzáibar retornó a España, volviendo el 27 de marzo de 1729 con otro grupo de inmigrantes que venían a poblar Montevideo, donde el mismo Alzáibar resolvió radicarse definitivamente.
Aquí construyó una importante fortuna en tierras ganaderas; y fue quien principalmente financió la construcción de la Iglesia Matriz de Montevideo. Sus destacados servicios a la Corona y a la ciudad, determinaron que el Rey de España lo destacara designándolo Caballero de la Orden de Santiago, Capitán de Navío de la Real Armada, Marqués de San Felipe y Santiago de Montevideo, y Alguacil Mayor de Su Majestad en la ciudad.
Por otra parte, Zavala procedió a organizar institucionalmente el gobierno de la ciudad, designando su primer Cabildo que instaló el 1º de enero de 1730, con el cometido propio de esa autoridad municipal, de administrar la ciudad y asegurar el orden público entre sus pobladores.
Asimismo, Zavala creó un cuerpo de milicia para la defensa de la ciudad, llamado Cuerpo de Corazas, al mando del cual fue designado uno de los primeros pobladores, Juan Antonio Artigas, abuelo del Gral. José Gervasio Artigas que desempeñaría un papel decisivo en la historia del Uruguay.
Posteriormente, en 1751, el Rey de España dispuso que en Montevideo existiera un Gobernador, nombrado directamente por la Corona. Los Gobernadores de Montevideo, fueron José Joaquín de Viana entre 1751 y 1784; Agustín de la Rosa, entre 1784 y 1771; nuevamente José Joaquín de Viana entre 1771 y 1773; Joaquín del Pino de 1773 a 1790; Antonio Olaguer Feliú de 1790 a 1797; José Bustamante y Guerra de 1797 a 1804; Pascual Ruiz Huidobro de 1804 a 1807, y Javier de Elío de 1807 a 1818.
Características de la ciudad colonial de Montevideo.
La finalidad esencialmente militar que determinó la fundación de la ciudad de Montevideo - prevenir cualquier incursión portuguesa, especialmente desde Colonia que en el momento de la fundación ocupaban los portugueses - impuso que ella fuera una plaza fortificada. La ciudad en sí misma, estaba situada sobre una parte de la península que cierra la bahía por el este, hacia el Río de la Plata en un territorio aproximadamente triangular cerrado por una fuerte muralla de piedra, trazada en forma zigzagueante, y de gran ancho y altura, capaz de resistir exitosamente los impactos de las piezas de artillería naval más potentes de la época.
A corta distancia de la costa del Río de la Plata - donde actualmente es la Plaza Independencia de Montevideo - se levantaba una poderosa fortificación, la Ciudadela, cuya puerta hacia la península y la ciudad - parado frente a la cual Blanes pintara a Artigas en un célebre cuadro - se encuentra actualmente en su sitio originario, como monumento histórico.
La Ciudadela, que demoró 40 años en ser construida totalmente, era una formidable fortificación de piedra - material que abundaba en la zona - conformada por una gran plaza de armas rodeada por altas y gruesas murallas, que tenía en cada esquina sendas altas torres romboidales donde era posible emplazar poderosas piezas de artilleria. Estaba rodeada por un foso de enorme ancho y profundidad, que podía ser inundado desde el mar, cruzado hacia la ciudad con un puente levadizo.
Desde la ciudadela - que estaba situada dentro del límite de la ciudad - se extendía hasta el agua una muralla de similares características, a través de la cual solamente dos portones daban acceso a los campos exteriores a la ciudad; terminada también en dos fortificaciones elevadas, llamadas el Cubo del Norte el Cubo del Sur. Por el oeste, en el extremo de la península se encontraba otra importante fortificación, el Fuerte de San José, originaria construcción efectuada por Zavala.
En tales condiciones, Montevideo era una formidable fortaleza, en la cual estaban emplazados sobre los altos muros 300 cañones; y donde existía un enorme depósito de armas, municiones y pólvora a disposición de una dotación militar de gran importancia para su época. Entre los cuerpos militares destacados en Montevideo, cabe mencionar especialmente el Cuerpo de Blandengues de la Frontera, una selecta unidad compuesta por 8 compañías de 700 plazas cada una, creada en 1797, donde comenzó su carrera militar José Gervasio Artigas.
Además, era la base naval de la Marina Real española en el Río de la Plata; y en su bahía fondeaban continuamente las naves de guerra españolas que patrullaban las costas americanas del Atlántico sur.
Sin embargo, la imponente ciudadela que llevó 40 años construir - desde 1742 a 1782 - solamente subsistió medio siglo, hasta 1833 en que, luego de la independencia, se comenzó su demolición; sin duda para emplear sus sólidos materiales para otras obras de la ciudad. Demolidas inicialmente las plataformas de sus esquinas, el cuerpo principal funcionó como mercado público hasta 1879, en que fue demolida por completo.
Actualmente, sólo es posible ver un pequeño fragmento de sus muros, cerca de uno de los extremos del Teatro Solis. Bajo tierra permanecen, sellados, algunos de los túneles que comunicaban la Ciudadela con las fortificaciones cercanas.

FUENTE: http://www.escueladigital.com.uy/historia/colonizacion/fundmvd.htm

APUNTES SOBRES LOS PRIMEROS TIEMPOS DE CHILE

1. LA ÉPOCA PRECOLOMBINA
Se calcula que el poblamiento de Chile comenzó hace unos 12,000 años antes de nuestra era. Esa fecha es la del sitio arqueológico de Monte Verde, ubicado cerca de Valdivia, que fue descubierto recientemente (1978), y que es el más antiguo del país. Otros sitios famosos son los de San Pedro de Atacama, en el norte, y el de Tagua-Tagua, en el centro, de 10,000 y 9,000 años de antiguedad respectivamente.
Antes de la llegada de los españoles, se calcula que vivían en Chile alrededor de un millón de indígenas. Esta población estaba compuesta por diversas etnias, que no habían alcanzado un gran desarrollo social. Las del norte, centro y sur se encontraban en el nivel calificado de tribus por los antropólogos: vivían en grupos de algunos centenares de personas, practicaban la agricultura y sabían trabajar la cerámica, pero carecían de unidad política y no conocieron la vida urbana ni la escritura. Las del extremo sur se encontraban en un nivel aún menos evolucionado, el de la banda, vivían en grupos muy pequeños, de 20 o 30 personas, se alimentaban exclusivamente de la caza, pesca y recolección, y llevaban una vida nómade.
La región del norte desértico
En esta región vivieron primero bandas que vivían de los recursos del mar, pero que se internaban al interior a cazar llamas en la cordillera. Se ignora el nombre de las primeras etnias, pero una de ellas, que vivió en un sector llamado Chinchorro, cerca de la ciudad de Arica actual, dejó huellas de su paso, con momias que son las más antiguas del mundo, pues se hicieron antes que las del Egipto de los faraones, hacia 5,000 AC.
Hacia 500 AC aparecieron las primeras tribus, que han dejado muestras de una primera vida sedentaria, con construcciones arquitectónicas llamadas pucaras, y que trabajaban la cerámica. Cultivaban los porotos, la papa y el maíz. Algunas de ellas estuvieron influídas por la cultura de Tiawanako, de Bolivia actual. Poco antes de la llegada de los españoles, fueron dominados por los incas del Perú. Los españoles llamaron atacameños a los indios que conocieron en esa zona, pero se ignora su nombre propio.
Los indios del norte semiárido
Aparecieron sociedades sedentarias a comienzos de nuestra era, en los valles transversales. La etnia que allí vivía en la época de la conquista europea eran los diaguitas, que también vivían en la Argentina de hoy. Sabían trabajar el cobre y el bronce. Las sepulturas indican un comienzo de diferenciación social y había un esbozo de pueblos como centros demográficos. También estuvieron en contacto con los incas.
La región central
Entre Santiago y Concepción actuales, aparecieron tribus desde el siglo XI DC. En toda esa área vivieron diversas sociedades que estaban emparentadas culturalmente, hablando lenguas semejantes: los picunches en el área de Santiago, los mapuche en la región del río Bío-Bío, los huilliches un poco más al sur, donde está Valdivia actual. Todos ellos practicaban la agricultura (porotos, maíz, papas, ají, quinoa...) además de la recolección de frutos y la caza del guanaco en la cordillera. Los picunches sabían construir canales de regadío, y vivían en caseríos de unas 300 personas, cuyos habitantes cultivaban la tierra en común. Dominados por los incas, convivieron con indígenas peruanos desplazados hacia Chile, los mitimaes.
Los mapuche, la etnia más conocida de todas por las abundantes descripciones dejadas por los españoles, que los llamaron araucanos, vivían en una región caracterizada por la abundancia de agua (por las lluvias, que alcanzaban a los 1,000 mm. anuales), y bosques. No fueron dominados por los incas. Vivían de la agricultura, la recolección y la caza; probablemente aprendieron a cultivar la tierra sólo hacia 1200 DC. Eran una etnia numeroso, con una población de tal vez 300 000 personas, que vivían en múltiples pequeñas unidades de 100 a 200 personas, en casas llamadas rucas, donde habitaban varias familias.El lonko era la autoridad del grupo familiar y poseía un cierto prestigio, pero no constituía una clase social superior, pues no había propiedad privada. Entre sus funciones estaba la de organizar los mingako o tareas colectivas, y a dirimir conflictos. Había autoridades transitorias en tiempos de guerra, los toquis, pero pasado el conflicto perdían su ascendiente. Entre sus diversiones figurana el juego de la chueca, semejante al hockey sobre el pasto. Una parte de los mapuche vivía al otro lado de la cordillera, en Argentina.
La región fría y lluviosa del sur y extremo sur
Un poco más al sur de la región mapuche vivían los pehuenche, puelche y tehuelches, habitantes de la precordillera y de la cordillera, que vivían en bandas, de la caza del guanaco y de la recolección. No conocieron ni la cerámica ni la agricultura, pese a estar cerca de los mapuche.
En el extremo sur, las etnias principales eran los alacalufes y yaganes, que eran nómades marítimos, desplazándose entre las numerosas islas de Aisén y Magallanes de hoy, viviendo sobre todo de la pesca y la caza de animales marinos. En Tierra del Fuego vivían los onas o selknam, que cazaban el guanaco. Hoy en día todas esas etnias están prácticamente extinguidas, no por obra de los españoles, sino por los blancos en el siglo XIX y XX.
2) LA ÉPOCA COLONIAL
La implantación española: la Conquista
Los españoles entraron en contacto con los indígenas que habitaban lo que se llamaría Chile en 1536, con la expedición venida desde el Perú, dirigida por Diego de Almagro, quien había tenido una participación destacada en la conquista del imperio inca. Este episodio es conocido como el “Descubrimiento”, aunque algunos afirman que eso corresponde a Magallanes, el navegante portugués al servicio de España, quien “descubrió” el extremo sur de Chile, en 1520, cuando sus naves dieron la vuelta al mundo. Pero el paso de Almagro por Chile no tuvo mayores consecuencias, ya que los españoles se limitaron a recorrer el norte y el centro del país, sin fundar ciudades, y regresaron al Perú, decepcionados al no encontrar oro, que era el objetivo del viaje.
Pocos años después, en 1541, vino a Chile una segunda expedición, también desde Perú, dirigida por Pedro de Valdivia, uno de los capitanes de Francisco Pizarro, el conquistador de los incas. Esta vez, las cosas fueron distintas. Valdivia quería asentarse en el territorio chileno y gobernarlo. Para ello, fundó varias ciudades: Santiago, que sería la capital, en febrero de 1541, seguida de La Serena, en 1544, Concepción, en 1550, y Valdivia, en honor de sí mismo, en 1552, y Osorno en 1553, además de otras de menor importancia. Valparaíso, el principal puerto del país, no tiene fecha oficial de fundación, pero comenzó a existir desde la llegada de Almagro, en 1536.
La expedición de Valdivia provocó también la primera resistencia indígena. Aunque los españoles lograron sobrevivir a los ataques de los nativos en la región de Santiago, no ocurrió lo mismo en el sur, donde los mapuches presentaron una oposición mucho mayor. En 1553, los indígenas de esta etnia derrotaron a los españoles en una batalla, capturaron a Valdivia y lo ejecutaron. Era la primera vez que un jefe de la conquista española en América sufría esa suerte. Los mapuches siguieron resistiendo enérgicamente, y en 1598 vencieron a los españoles en la batalla de Curalaba, en la cual el gobernador Martín García Oñez de Loyola, tal como Valdivia, fue capturado y muerto. Esa victoria (llamada “desastre” por muchos historiadores chilenos, que conciente o inconscientemente tomaron así partido en favor de los españoles) llevó además a la destrucción de las ciudades españolas del sur, como Valdivia y Osorno.
Desde entonces, Chile quedó dividido en tres partes: desde el norte hasta el río Bío-Bío, en el centro-sur, dominaban los españoles; desde el Bío-Bío hasta lo que es hoy Puerto Montt, el territorio era controlado por los indígenas; más al sur, España retomaba el control, en la isla de Chiloé. Esta situación persistió durante toda la época colonial, y continuó durante varias décadas después de la indepedencia.
Gobierno, sociedad y economía colonial
Las instituciones coloniales fueron definidas desde el comienzo. Valdivia y sus sucesores tenían el cargo de gobernador, la autoridad suprema en la colonia, aunque no tenían independencia completa, ya que dependían del virrey del Perú. Los gobernadores dirigían el país asesorados por la Real audiencia, tribunal de justicia que podía además podía dirigir la colonia en ausencia del gobernador.
Como en el resto de América española, la Iglesia católica jugó un papel importante en la dirección de la sociedad, colaborando con el poder real, al cual estaba sometida por el derecho de patronato que el Papa había dado al rey de Castilla. Las órdenes religiosas crearon iglesias y escuelas, y los jesuítas tuvieron además actividades empresariales, con haciendas administradas en forma eficiente.
La economía no alcanzó gran desarrollo, por la escasa población y las trabas impuestas por el sistema imperial. España no impulsaba la industria manufacturera en sus colonias, tratando de imponer la venta de los productos europeos. El comercio exterior debía dirigirse únicamente hacia España o hacia otras colonias, aunque había contrabando. Sólo a fines del siglo XVIII Chile fue autorizado a acuñar su propia moneda, lo que se hizo en el edificio conocido como Casa de la Moneda, que después de la independencia fue la sede del gobierno.
Las principales actividades fueron las relacionadas con la tierra: ganadería y sus derivados, como la producción de sebo y de cueros, y diversos cultivos como el trigo, que Chile empezó a exportar al Perú a fines del siglo XVII. Hubo una producción de oro en el siglo XVI, pero después decayó.
La sociedad fue estratificada por criterios étnicos, como en todas las demás colonias: blancos en el tope, seguidos por los mestizos, los indios (que eran personas libres, salvo los indios rebeldes, que podían ser vendidos como esclavos) y finalmente los negros esclavos. Estos últimos no fueron muy numerosos, por ser una mercadería cara. A fines del período colonial eran solamente 4,000, lo que equivalía a menos del 10% del total de la población. Los indios estuvieron al comienzo obligados a trabajar para los españoles bajo el sistema de la encomienda (concesión de un grupo de indios a un español, que los hacía trabajar en su beneficio), pero eso se suprimió a comienzos del siglo XVII a causa de la fuerte mortalidad de los indios (causada por las enfermedades traídas por los españoles) Desde entonces eso se reemplazó por el pago de un tributo en dinero, que los indios podían obtener trabajando libremente. Los mestizos y blancos pobres trabajaban en forma libre, como asalariados, pero en la agricultura lo hiciero bajo un régimen especial, el de inquilino, un tipo de trabajador que si bien era libre, debía entregar un cierto número de jornadas de trabajo al año al propietario de la tierra, a cambio de poder cultivar una pequeña superficie. También hubo pequeños propíetarios agrícolas, pero que no llegaron a transformare en clase media.
La situación de independencia de los indios mapuche obligó a los españoles a mantener un ejército permanente, financiado por el virreinato del Perú. Como ello no fue suficiente, los gobernadores debieron firmar tratados de paz con los indios. El primer tratado o parlamento se realizó en 1641. Aunque no eran muy respetados, implicaban un reconocimiento de la soberanía indígena y creó las condiciones para ciertos períodos de paz, lo que permitió el desarrollo de contactos comerciales entre blancos e indígenas. En 1683 se prohibió definitivamente la esclavitud de los indios.
Durante el siglo XVII, Chile fue asaltado varias veces por los piratas, ingleses y holandeses. Esto obligó a los españoles a construir fuertes en Valdivia, por temor a un nuevo ataque en esa región. Durante ese siglo no hubo fundación de nuevas ciudades; además, Santiago fue destruído en gran parte por un terremoto en 1647.
En el siglo XVIII la situación del país mejoró. Los indios comenzaron a resistir a las enfermedades y esto fue un factor importante en el aumento demográfico. A comienzos de ese siglo la población era de unas 100 000 personas, y a fines del siglo se llegó a quizás 600 000 Por primera vez desde el siglo XVI se fundaron nuevas ciudades, sobre todo en la región central: Copiapó, San Felipe, Los Andes, Quillota, Melipilla, San Fernando, Curicó y Linares, la mayoría de ellas por el gobernador José Antonio Manso de Velasco. El rey autorizó por primera vez a catalanes y a vascos a ir a América; a Chile llegaron varias familias de este último origen, y algunas de ellas pasaron a ser parte de la elite comercial y terrateniente.
3) La independencia
Entre 1810 y 1818, la colonia llamada entonces “Reino de Chile”, se separó de España y formó un gobierno independiente. Al hacerlo, Chile formó parte de un proceso que abarcó la casi totalidad de las colonias españolas en América, ya que sólo Cuba y Puerto Rico permanecieron dentro del imperio; todas las demás colonias se separaron también, en la mayor parte de los casos a través de una lucha armada.
Antecedentes
Contrariamente a países como Colombia o Venezuela, en Chile no hubo grandes movimientos de protesta contra el régimen colonial ni tentativas de lucha armada antes de 1810. El único antecedente en ese sentido, fue la “Conspiración de los Tres Antonios”, en 1780. Este episodio fue obra de dos franceses, Antoine Gramusset y Antoine Berney, más el criollo Antonio Rojas, que concibieron el proyecto de crear una república, abolir la esclavitud y establecer relaciones con los demás países. Su iniciativa no fue muy lejos, ya que fueron denunciados y arrestados. Pero había personas que pensaban en una independencia, como Bernardo O’Higgins, hijo bastardo de un ex gobernador chileno, el irlandés Ambrosio O’Higgins, quien participó en reuniones de latinoamericanos con ideas favorables a la independencia en Londres, organizadas por el venezolano Francisco de Miranda. La llegada de varios barcos de Estados Unidos a comienzos de 1800, que habían sido autorizados a comerciar en América española, daban a conocer ideas republicanas, lo que constituyó otro factor.
La “Patria vieja”
Los historiadores han denominado así el período que va de 1810 a 1814, que fue el inicio del movimiento de emancipación. El hecho que desencadenó el proceso fue la invasión de España por Napoleón y el arresto del rey Fernando VII, lo que creó un vacío de poder, ya que las autoridades coloniales habían sido nombradas por el monarca ahora sin trono. En la mayoría de las colonias se formaron entonces Juntas de gobierno, que debían gobernar los reinos americanos mientras durase la ausencia del rey.
En Chile, la Junta se formó el 18 de septiembre de 1810. Su origen fue elitista, ya que sólo participaron en ella los “vecinos” más destacados del reino, la mayoría de Santiago. En principio, todos sus miembros, encabezados por Mateo de Toro y Zambrano, conde de la Conquista, juraron lealtad al soberano preso; pero varios de sus miembros, sin declararlo abiertamente, buscaban la independencia y comenzaron a tomar medidas que significaban cambios importantes, imposibles de realizar bajo el régimen colonial, como el decreto de libertad de comercio y la convocatoria a la elección de un primer Congreso nacional, en abril de 1811. El proceso se radicalizó con el golpe de estado del 4 de septiembre de ese año, dirigido por José Miguel Carrera, joven militar, miembro de una conocida familia de Santiago. Se nombró una segunda junta, dominada por personas favorables a la independencia, como José Martínez de Rozas. El 15 de noviembre de 1811 Carrera dio un segundo golpe, poniéndose a la cabeza del gobierno. Las medidas revolucionarias continuaron: abolición parcial de la esclavitud, con la “libertad de vientre” (libertad para los hijos de esclavos), promulgación de una primera Constitución, en 1812, que sin declarar la independencia estipulaba que no se respetaría ninguna ley ni decreto venida del exterior, creación de una bandera nacional y del primer diario chileno, “La Aurora de Chile”, dirigida por el cura Camilo Henríquez. Además, se recibió al cónsul de Estados Unidos, Joel Poinsett, primer contacto con otro país, aunque esto no implicó un reconocimiento diplomático.
Desde 1813, los partidarios de la independencia debieron enfrentar el ataque de los realistas, lanzado por el virrey del Perú, que mantenía su poder, sin aceptar la existencia de una Junta. Una expedición desembarcó en el sur de Chile en 1813, dando comienzo a las batallas por la independencia. Los patriotas enfrentaron divididos esta situación, ya que había sectores que no seguían el liderazgo de Carrera, y preferían la dirección de Bernardo O’Higgins. Esto llevó incluso a una corta guerra civil entre ambos jefes, en un combate disputado en agosto de 1814. Aunque después de este episodio ambos jefes hicieron las paces, el ejército patriota, dividido, perdió la batalla de Rancagua, el 1 de octubre de 1814; fue el fin de esta etapa, ya que los realistas recuperaron el poder, y los patriotas salieron masivamente fuera de Chile, a Mendoza.
La reconquista española
Esta etapa duró desde octubre de 1814 a febrero de 1817. Durante ella, los partidarios del rey volvieron a dominar el país; hubo una fuerte represión contra los que habían apoyado a los patriotas, con arrestos de muchas personas, algunas de las cuales fueron desterradas a la isla Juan Fernández. Se incautaron los bienes de los sospechosos y se vendieron en remate. Esta etapa coincidió además con el regreso de Fernando VII al trono, luego de la derrota de los franceses en Waterloo. Hubo una reconquista semejante en Colombia y Venezuela.
Mientras eso ocurría en Chile, los exiliados chilenos en Mendoza encontraron apoyo en quien sería más tarde el Gran Libertador de América, el General José de San Martín, gobernador de esa provincia, quien planeaba organizar un ejército para liberar Chile. O'Higgins se hizo amigo de él, no así Carrera, quien se enemistó con San Martín y decidió partir a Estados Unidos a comprar armas y formar otra expedición.
Durante la preparación del ejército en Mendoza, Manuel Rodríguez, joven abogado, entró clandestinamente a Chile y organizó guerrillas antiespañolas en el campo, logrando el apoyo de fuerzas campesinas de la región central. Esto significó un movimiento nuevo e importante, ya que hasta entonces la independencia había sido un proceso que interesaba únicamente a la elite del país. La población había observado sin sentirse involucrada, peleando tanto por uno como por otro bando; la mayor parte de las fuerzas realistas eran chilenos del sur, reclutados por los oficiales españoles. Los indios del sur, los mapuche, tampoco habían apoyado la causa de la independencia.
La “Patria Nueva”
Esta tercera y última etapa se dio entre febrero de 1817 y abril de 1818. La primera fecha es la de la batalla de Chacabuco, a unos 100 kms. al norte de Santiago, ganada por el ejército organizado por el General San Martín, que acababa de atravesar legendariamente la cordillera para entrar a Chile.
San Martín rechazó el poder e hizo designar a O'Higgins como Director Supremo; un año más tarde, el 12 de febrero de 1818, la independencia fue proclamada en el aniversario de esa batalla, en febrero de 1818. El 5 de abril de ese mismo año, los patriotas ganaron la batalla de Maipú, al sur de Santiago, que constituyó la victoria definitiva contra los realistas. Pero estos hechos no lograron la unidad de los patriotas. Manuel Rodríguez fue arrestado y asesinado en mayo de 1818, por orden del gobierno, el cual temió que Rodríguez se transformara en un conspirador, favorable a la causa de Carrera, quien seguía en Argentina. Este hecho anunciaba las divisiones internas y la inestabilidad que caracterizaría los primeros años de vida independiente.

Fuente: http://www.er.uqam.ca/nobel/r27020/id27.htm#precolombina

miércoles, 8 de septiembre de 2010

CIENCIA DEL FORO ó REGLAS PARA FORMAR UN ABOGADO (MADRID 1829)

miércoles, 1 de septiembre de 2010

UN MARIDO ASI NO TIENE PRECIO...!!!!! (Cuentito)


UN MARIDO ASI NO TIENE PRECIO...!!!!!

El hombre despertó aquel mediodía con tremenda resaca.
La noche anterior se había ido de joda.... bebió como un loco, se agarro un TERRIBLE PEDO y ni siquiera se acordaba como había regresado a su casa.
Tenía miedo aún de abrir los ojos pues lo esperaba, de seguro, la hincha pelotas de su mujer !!!!!..
Abrió los ojos como pudo, y lo que vio lo dejó mas que loco.
Sobre la mesa de luz estaba una pequeña hielera, llena de cubitos de hielo, con un par de cervezas bien frías. Al lado, había un par de Alikal y un vaso de agua. Arriba del vaso estaba un sobrecito perfumado; el tipo anonadado abrió el sobre y en su interior halló un recado que decía:
'Amor mío, vida de mi vida: Perdona que no esté aquí para atenderte'... 'Salí un momento, pero regreso en un rato para estar contigo. Te he dejado estas cosas sobre la mesita para que alivies el malestar y la resaca que quizá sientas después de la borrachera de anoche'..!!!
'Te he preparado un ceviche como a ti te gusta, ostra y pulpo, que te espera en el comedor. Le pedí a nuestro hijo que te lo sirva y que esté pendiente de ti, Te dejo un beso con todo mi amor. Tu esposa que te adora'!!!!!!!!
El hombre no caia de su asombro. Tomo con deleite las cervezas heladas, se bañó, se vistió y bajo al comedor. Ahí en efecto lo esperaba su hijo, que lo saludó con cariño y le sirvió el ceviche preparado por su madre.
Entonces se atrevió a preguntar con timidez:
'¿Qué pasó anoche mijo?'
'Llegaste a las 4 de la mañana y venías en completo estado de ebriedad. Chocaste el auto en la puerta del garaje; le diste una patada al gato; vomitaste en el living y arruinaste la alfombra que mi mamá acababa de comprar, orinaste adentro de la heladera en la cocina. Al rato te cagaste una diarrea asquerosa en la entrada al baño y te limpiaste el culo con la bata de baño de mamá, luego te caíste en la escalera, y ahí quedaste dormido. Tuvo que despertarme mamá para que la ayudara a llevarte a la cama'.
y... '¿Entonces? -pregunta el padre- ¿por qué todo esto? ¿por qué las cervecitas y el amoroso recadito, y tremendo ceviche y todas estas finas atenciones' ???.
El muchacho responde: - 'Porque mamá te iba a desvestir en la cama y cuando empezó a bajarte los pantalones tu gritaste:
'¡¡¡QUIETA PERRA!!! ¡¡¡QUE SOY CASADO!!!'.

2 Alikal: $ 4.50.-
Cervezas frías : $ 8.40.-
Ceviche: $ 25,80.-
Decir las palabras correctas en el momento preciso.......... ¡ NO TIENE PRECIO !!!!!!!!!!!
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